¿Los sofocos van y vienen?

Para muchas personas que luchan contra los sofocos, la pregunta de qué es típico de los sofocos y si aparecen y desaparecen es bastante común. Para responder a esta pregunta hay que desmenuzar muchas cosas, empezando por lo que son exactamente los sofocos. Los sofocos se describen como una sensación de calor intenso, que puede ser repentina o aumentar gradualmente. También puede sentir hormigueo en los dedos, sudoración, latidos cardíacos anormales y enrojecimiento de la cara y el pecho. También puede sentir mucho frío después de que pase el sofoco.

    El siguiente tema a tratar es el de las causas de los sofocos. Existe una gran variedad de causas, lo que puede dificultar la respuesta a la pregunta sobre su frecuencia. En primer lugar, nos centraremos en la causa más común de los sofocos: la menopausia. La menopausia se define como el final de la capacidad reproductiva de la mujer, concretamente los 12 meses siguientes a la última regla. Hay varios años previos a ese momento, denominados perimenopausia. Las mujeres también pueden experimentar sofocos durante la perimenopausia. Entre la perimenopausia y la menopausia, la transición menopáusica puede durar entre siete y catorce años.

    La razón de que se produzcan sofocos durante la menopausia es la fluctuación hormonal que tiene lugar durante ese periodo. Los niveles de estrógeno y progesterona fluctúan mucho durante la perimenopausia, y los niveles de estrógeno descienden significativamente durante la menopausia. Como resultado, algunas personas sólo experimentarán sofocos durante la menopausia, mientras que otras los sufrirán durante el resto de su vida tras la menopausia. Por suerte, la intensidad de los sofocos disminuye con el tiempo.

    Para quienes experimentan sofocos intensos y frecuentes durante la menopausia, la duración de los mismos puede resultar algo confusa. La mayoría de los sofocos aparecen de repente, pero el tiempo que duran varía. Algunos sofocos duran sólo unos segundos, y otros pueden llegar a durar hasta diez minutos, con una duración media de cuatro minutos. La frecuencia de los sofocos puede ser igual de variada dependiendo del momento de la menopausia en el que te encuentres. Al principio de la perimenopausia o en las últimas fases de la posmenopausia, es probable que sólo aparezcan unas pocas veces a la semana. Sin embargo, durante el apogeo de la menopausia, pueden producirse varias veces por hora.

    Los sofocos también pueden desencadenarse y empeorar por determinados factores. Por ejemplo, el alcohol empeora los sofocos porque dilata los vasos sanguíneos, lo que se conoce como vasodilatación. El vino tinto es especialmente conocido por desencadenar sofocos. La comida picante también puede ser un desencadenante, ya que provoca la misma vasodilatación que el alcohol. Fumar, consumir cafeína o sentirse estresada también pueden provocar sofocos. Evitar estos desencadenantes puede ayudar a reducir la frecuencia de los sofocos.

    También puede reducir la intensidad de los sofocos llevando ropa ligera y holgada, así como haciendo un esfuerzo por mantenerse alejada del calor. También puede optar por llevar consigo un pequeño ventilador de mano durante el día para refrescarse cuando los sofocos arrecian. La mejor opción para aliviar los sofocos nocturnos es el BedFan, que insufla aire por debajo de la ropa de cama y directamente sobre el cuerpo para mantenerlo fresco. 

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